Después dos semanas horribles no he adelgazado nada, tengo muchos exámenes por delante y... no sé nada me puede excusar de verdad para lo que he hecho, hoy en clase de biología mi profesor se ha puesto ha hablar de desórdenes alimenticios, sobre todo de la anorexia, yo simplemente me he callado y he escuchado cada cosa que decían él y el resto de mis compañeros algunas de las cosas son:
·Lo importante está en el interior, ¿qué más da el aspecto físico?
·Es mucho más bonito una chica con unos kilos de más que que se noten los huesos.
·Teneís que ser felices y comer lo que os apetezca.
·La anorexia es una enfermedad mental y solo os hace distorsionar la realidad, las enfermedades hay que curarlas.
·Esta enfermedad tiene consecuencias fatales, como la muerte.
Y miles de estupideces más que la mitad no se creía ni él, parecía más una madre obligando a su hija a comer que una persona con estudios, por si fuera poco todos los demás le han apoyado, ¡vaya! ¿Ahora todo el mundo quiere a las gordas?
El caso es que al llegar a mi casa estaba sola y no sé por qué he pensado que a lo mejor Julio, el de bio, tenía razón y lo que había que hacer es comer todo lo que se te pusiese delante o que se yo lo que he pensado, me he alterado y me he dado un atracón a base de galletas y magdalenas, vamos, lo más sano de toda la cocina, hasta me he comido un polvorón de navidades con el asco que dan. Por suerte no mucho después he recapacitado y he vomitado todo aun que sinceramente odio hacerlo.
Al menos de todo he sacado una buena lección propia y que quiero compartir:
En la sociedad de hoy es mucho más importante unas piernas bonitas que un gran cerebro, a las personas se las mide por lo que pesan, no por lo que estudian. A nadie le parece bonita una lorza pero cualquiera ama unas costillas marcada y sobre todo los que dicen lo contrario mienten aun que por ahí habrá alguna excepción que confirme la regla
